Excelentísimo Señor:
Disculpe la omisión del término “Presidente”, pero ya lo he utilizado con el otro presidente y considero que no pueden haber dos presidente y dos gobiernos diferentes para un solo país, que por lo demás parece no ser gobernado por nadie.
Soy el Papa, nada menos y nada más que el vicario de Dios en la tierra, por lo tanto, el viejo que reina en el infinito y mas allá no entendería y jamás me perdonaría semejante contradicción, es decir, llamar “presidente” a dos personas diferentes que supuestamente gobiernan un solo país.
Además Excelentísimo Señor, le recuerdo que también soy argentino, esa raza extraña, que cuando alcanzamos la edad que yo tengo somos perfectos y como buen argentino quiero confesarle con un argentinismo: Ud. Excelentísimo señor me ha hinchado las pelotas,
Le digo esto, porque cada vez que siente que se le mueve el piso, cuando siente que la soga le aprieta el cuello empieza a creer en Dios y como Pablo comienza a cartearse no con los corintios sino conmigo. Le digo lo de Pablo, porque al igual que este ya Ud. me ha enviado catorce cartas y yo al igual que los Corintios, los Romanos, los Gálatas no me había animado contestarle, pero ya es demasiado, concha e` su madre (disculpe este otro argentinismo).
Ud. y eso me revienta las pelotas, nos invitó a un dialogo que se realizó en Republica Dominicana con la mediación del señor Rodríguez Zapatero (Válgame Dios me ha dicho Monseñor Porras que este Zapatero cobra y mucho por sus oficios como mediador que media de un solo lado) y nosotros, con la fe de Cristo Redentor, fuimos porque creímos en la buena fe de “los dialogantes”, pues resulta que Ud. se burló de todos y, sobre, todo de la Santa Iglesia y de mi persona y por su culpa he recibido el remoquete de “Papa Comunista”. Lo peor de todo es que cuando se enfrió “la cosa” Ud. volvió hacer más de lo mismo y hasta peor la cosas que decía que iba a rectificar.
He sido realmente un boludo, perdóname bendito Dios, al creerle. Aunque, confieso que mas boludo ha sido el pobre y sufrido pueblo de Venezuela que ha vivido creyendo en sus mentiras durante 20 largos años.
Ud. me ha mentido. En sus largas cartas me ha contado que todo lo que se dice de Venezuela es pura mentira. Mentiras inventadas por el imperio gringo. Me ha dicho que en Venezuela no hay hambre y que los que se han ido es por ganas de viajar y por pura moda, sin embargo le creo más a Monseñor Porras quien me ha dicho que los venezolanos están flaquitos, flaquitos, y que en el último año han perdido en promedio hasta 11 kilos y que se han ido mucho caminando por todo el continente en un numero que superan los 3 millones de personas, cuestión que tiene asustados a todo el continente.
Ud, señor, no ha sabido reunirse de gente idónea, honesta e inteligente para gobernar, hasta el punto que tiene de vicepresidente a una loca que dice que en la ayuda humanitaria en la que han participado muchos países de buena voluntad viene contaminada con armas biológicas, sino fuera porque Cristo jamás esbozó una sonrisa yo estuviera carcajeándome de las locuras de esta señora, pero no, porque no quiero pecar.
Señor me despido de UD, no sin antes pedirle un favor: renuncie y haga feliz a su pueblo. Y una última cosa: los muertos no salen y mucho menos regresan disfrazados de pajarito
Ut sementem feceris, ita metes (lo que siembres serás lo que coseches)
Sin más por ahora
- B